sábado, agosto 12, 2006

"EL AGUA DE SANGRE" (I)

Como escribir

La narración


El escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura 1982, afirmó en un diálogo con Mario Vargas Llosa que llegó a ser escritor gracias a la creativa figura de su abuelo, quien le contaba las más fascinantes historias y asombrosos cuentos de aparecidos y almas; relatos que formarían con el tiempo gran parte de su maravilloso universo narrativo. Por esto, podemos aseverar que es una realidad irrefutable el hecho de que los relatos que conocemos, pueden servir de base literaria y como fuente de inspiración para crear otros relatos. Entonces es posible hallar la musa del arte en cada una de las historias que flotan en el mundo, y sobre todo, en nuestro pueblo, para crear cuentos de otros cuentos. La literatura es un eterno círculo virtuoso.


Por ello, si a García Márquez le narraron cuentos que incentivaron su estro literario, ahora, déjame contarte una sugestiva leyenda de Huari, que a su vez, a mí también me contaron.


EL AGUA DE SANGRE


Esta historia sucedió en Ranrachaca.
Amaneció de modo fulgurante, desperezándose el sol por entre las cumbres del Tucu Huaganga. Se auguraba un calor febril.
Una familia aprovechando el benigno clima, decidió ir a visitar una de sus chacras para encauzar las acequias del riego y cosechar las papas, sin embargo, no sabía que se iba a enfrentar a la obstinada resistencia del hijo menor, quien estaba empecinado en no realizar tal faena. Simplemente no quería cooperar.
Luego de una ardua discusión con su padre, aceptó a regañadientes, tomó su racua y marchó hacia Ranrachaca, lugar donde se situaban sus papales, caminando con una pereza impropia de un niño y retrasándose haciendo más tediosa la marcha familiar.
Al poco tiempo, durante la saca de las papas, el niño se desentendió del trabajo manifestando que le dolía el estómago. Incluso se estiró boca abajo sobre la champa del lindero fingiendo un malestar inexistente, que de acuerdo a su fingimiento era un descomunal dolor insoportable. El padre, conociendo las malas artes de su hijo, prefirió que se marchase de ese lugar a que fuera un estorbo, y con un solemne grito le recriminó agriamente, por lo que el niño, supuestamente resentido, se retiró de la chacra.
Empezó entonces a molestar a su hermanito quien laboraba tenazmente tratando de extraer unas hierbas dañinas. Luego, aburrido ya, se puso a explorar los alrededores, jugueteando y perdiendo el tiempo.
Seguramente se cansó, y por ello se dispuso a buscar un poco de agua para beber. Avanzó por un polvoriento caminito que extrañamente le pareció desconocido, y eso que él conocía al dedillo toda esa zona. Se dejó llevar por la curiosidad caminando distraídamente hasta que, aún más sediento, atisbó una casita muy humilde enclavada tristemente al borde de la ruta. Acercándose hacia la puerta que estaba entreabierta, se asomó imprudentemente y vio a una viejecita lavando ropa en una acequia que atravesaba el patio. El niño pidió de malas maneras que le regalase un poco de agua. La señora no contestó. El niño se impacientó y con un tono de evidente brusquedad en la voz demandó el agua solicitada. Nuevamente, su respuesta fue el silencio. Entonces, como la señora no mostraba cara pues siempre había estado de espadas, el engreído niño le lanzó irrespetuosamente una piedrecilla que fue a parar sobre la giba de la viejita, exigiendo toscamente que se le diera agua. La anciana se incomodó, y sin dirigirle la mirada le reprochó su actitud. El niño, con un grito, le contestó que le diera rápidamente lo que pedía, expresando una hiriente lisura. La lavandera, siempre sin voltear, le indicó con un gesto el cañito, que goteaba rítmicamente en un costado del empobrecido solar.
El niño, sin agradecer siquiera, se lanzó alborozado hacia la fuente, y al abrir el desvencijado grifo cerró los ojos para refrescarse con mayor fruición. Repentinamente sintió que el agua era un tanto pegajosa y tenía un raro sabor. Contrariado aguzó la mirada y quedó monstruosamente espantado: no era agua sino bullente sangre tibia que despedía un vaporcillo inmundo.
Palideciendo al punto de asemejarse a un cadáver, lanzó un agónico alarido y dirigió la vista hacia la señora dueña de la casa quien en ese preciso momento volteó mostrándose. Presentaba inhumana apariencia: ostentaba una barba de puntiagudas espinas, un par de ojos de color amarillento y una piel que parecía podrida poblada de pelambre de chancho.
El niño, con el corazón desgarrado, corrió despavorido siendo perseguido por este ser hasta la subida de Huari, ante la absorta mirada de la gente. En el camino cayó estrepitosamente de bruces varias veces sobre las cortantes piedras y los punzantes espinos. El recorrido hasta su casa le pareció eterno.

Ya cerca, la abuela mostrenca formó en sus esqueléticas manos una voluta de fuego hediondo que arrojó furibunda sobre la casa, provocando una grave explosión. El niño quedó encerrado temblando de miedo, hasta que llegaron sus padres, quienes no podían dar crédito a lo que les narraba, a pesar de que veían la inexplicable mancha de sangre en las manos del niño. Sólo entonces el hijo les pidió perdón y comprendió que nadie debe pedir algo, sin antes, examinar su manera de actuar.
Los sustos que nos da la vida muchas veces no son castigos, sino profundas enseñanzas de bien.
Informante: Sra. Victoria Remigio Rubina.


Eestudiar nuestra propia realidad con la que estamos culturalmente fusionados, es fundamental. Además es una poderosa razón para entender nuestra sociedad y sus problemas, así como para comprendernos a nosotros mismos. Sólo de esta manera podremos conocer – y también escribir – satisfactoriamente la vida de un pueblo. Nunca olvides que todo pueblo tiene una historia, y también, un conjunto de relatos y obras literarias que tratan de ella. Desde ese punto de partida es factible realizar nuevos relatos.

Ahora bien, si realmente deseas escribir un relato, puedes empezar a hacerlo, pero es necesario que antes aprendas a narrar, y para ello, primero se debe saber lo que es una narración.


PLANIFIQUEMOS ANTES DE ESCRIBIR

NARRACIÓN LITERARIA Y NARRACIÓN CINEMATOGRÁGICA

MARCO TEORICO PARA UN ANÁLISIS DE RELATOS

GLOSARIO DE NARRATOLOGÍA

EL TEXTO ELECTRÓNICO Y EL APRENDIZAJE DE LA LENGUA

2 Comentarios:

Blogger Leonardo Sanchez Coello - Conocer Ciencia said...

Carambas, el glosario sobre "narratología" o el arte de contar cuentos está muy bueno.

Felicitacions Fito... y espero que sigas publicando más volumenes.

1:49 p. m.  
Blogger Leonardo Sanchez Coello - Conocer Ciencia said...

Muy buenos cuentos. Esperamos la aparción del libro!!!

8:43 p. m.  

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