domingo, agosto 13, 2006

"Cómo escribir cuentos sobre otros cuentos"



PREFACIO: GÉNESIS DE UN SUEÑO


No cabe duda que investigar es analizar, inferir y sintetizar; pero también es soñar. Porque un sueño es el inconsciente arte de definir el futuro, no de adivinarlo. Es un reencuentro con tus ideales y tu imaginación, especialmente cuando la tarea consiste en perennizar una cultura, una moral y restaurar ilusiones y esperanzas; es decir, cuando se trata de rescatar la literatura oral.

Legitimo esta afirmación debido a la formidable reflexión que tuve a partir de la primera historia de la narrativa popular de Huari que conocí. Me refiero a “Calle amargura”. A través de su relato fui transportado a una región espiritual que creía desaparecida en mí, y que bregaba por reaparecer en momentos de perplejidad e indecisión: la fantasía. Luego, ya aceptada la idea de que todos flotamos en ese mundo, por fin pude comprender más cabalmente que la realidad, más allá de las apariencias, se constituye también de creencias y mitos, definitivos puentes de unificación entre la razón y las emociones.

Fue entonces cuando empecé a soñar, buscando en cada mito recopilado y en cada leyenda leída la esencia que ocultaba, pues toda narración inscrita en la tradición oral es fuente inagotable de sabiduría y maravilla del intelecto humano. Por ello, al ir redactando los textos, me percaté que esa esencia no era descubierta por mí, sino que afloraba desde la sencillez literaria de cada historia, como una onda suave de luz, dirigida hacia mi mente y consolidada por medio de la escritura.

Así, mi pesquisa literaria se transformó en una aventura irremediable, en una tolerante obsesión (valga la expresión) y en una manera de ser que me otorgaba la extraordinaria riqueza cultural de este pueblo.

Y se fue formando el libro, el cual muchas veces siento que no fue exclusivamente creado por mí, puesto que pertenece también a la colectividad social de Huari, esa universal musa que impulsaba mis manos para poder crear, paso a paso, esta recolección literaria. Y ha sido precisamente su condición de literatura, la responsable de su contenido pedagógico. Hallaba tan bello el argumento de las narraciones, que las vislumbré idóneas para servir de material didáctico, capaz de trasuntar ideas que inspiraran la creatividad del lector. Es en este punto donde aspiré a conjugar lo intelectual con lo mágico, pues creí firmemente que aquellos relatos míticos de elevada manifestación fantástica, podrían ser motivación perfecta para la presentación de saberes teóricos y técnicos. Esta es quizás la fórmula del verdadero literato. Y también la posible ruta para el lector en su descubrimiento de ese potencial escritor que siempre se atesora – y atesoramos – en la intimidad.

Por consiguiente, el objetivo de “Cómo escribir cuentos sobre otros cuentos” se orienta visiblemente a conseguir este fin, la metamorfosis del perceptor de historias en creador de ellas. Y debo confesarles que, al mismo tiempo, satisfacía otra necesidad imperiosa consistente en la vinculación de mi “ser literato” con mi “ser educador”, en una deliciosa mixtura.

De esta forma, presento una obra que espero se utilice no sólo para encaminar al lector, sino también para encauzar la lectura. Parafraseando a González Prada, encuentro un revelador precepto educativo cuando dice que el escritor debe mantenerse en su realidad, con los pies bien clavados en la tierra para poder aspirar su arribo al cielo. Esta idea clarifica – trasladado al campo docente – la contextualización educacional en temas y contenidos de enseñanza. Todo docente, creo yo, debe tomar como punto de partida el medio sociocultural para iniciar su labor con las generaciones venideras con el objeto de consolidar un aprendizaje efectivo en la mente y conseguir la transparencia del alma. Después, desde este punto inicial, podrá extender el conocimiento a la universalidad. Por esta razón, si no fuera posible encontrar profundas reflexiones de vida – que si las hay – en los relatos seleccionados, no se podrá negar que contienen un alto índice de identidad y sentido de pertenencia regional, en el que es posible entender la gran importancia de conocer el contexto cultural que nos rodea, o sea, descubrirnos peruanos.

Y en todo descubrimiento se encuentra la esencia de la vida. Aunque a muchos no le parezca posible, es una verdad. Cualquier hombre sería capaz de llegar a esta conclusión, si comenzara a insuflar en sus acciones un ingente deseo vital, dejando una existencia mecánica y dibujada con el lápiz de los demás, para edificar una existencia según sus aspiraciones. Sé que sueno romántico, empero, en alguna parte estoy seguro que nos espera la fuerza de nuestra existencia, el acicate que transformará nuestra duración temporal en vida. Descubrirla es fascinante. Conjugarla con el lenguaje, ideal. Debe ser por ello que poseo la firme convicción de que la escritura me ha enriquecido el espíritu y la literatura es, por lo tanto, respiración en palabras.

Como vemos, el ideal que demandó su lugar en mi espíritu, ahora podrá resurgir en todo aquel que se aproxime con nitidez a estas páginas. Te invito a hacerlo. Espero que también coadyuve a robustecer tus sueños.

Rodolfo Sánchez Coello
Lic. Lengua y Literatura
sanchezcoello@hotmail.com


Nota para la lectura

Los libros, como diría Julio Cortázar, suelen ser muchos libros. El presente también lo es. Este es un texto didáctico-literario, es decir, muestra dos facetas, dos formas distintas de leerlo.

• Desde la perspectiva didáctica, su lectura obedece a reglas pedagógicas, manteniendo el fin de cimentar bases para aprender a escribir narraciones. Por consiguiente, se debe seguir las indicaciones propuestas y cumplir con las actividades consignadas después de cada relato. Se ha de leer saltando hojas y capítulos hacia las páginas según se indique en cada tema.

• Desde una perspectiva literaria, ofrece el mágico disfrute de la literatura, y se ha de lecturar en el orden normal de todo libro, hoja tras hoja y de manera secuencial, sin necesidad de tomar en cuenta las actividades y las indicaciones, ni su aparente orden caótico.